Me enamoré de hombres mayores que yo porque eran intelectuales y eso es lo que me atraía de ellos.

Con Miguel Mihura descubrí todos los secretos de la vida a los 17 años.

Perdí un niño que esperaba a los 8 meses de gestación después de un accidente casero. Lo enterramos en Nueva Yersey. Allí, en aquella tierra hay un pedazo mío, una parte de mí que pertenece a mi vida, algo de mi sangre...

Sofía Loren era muy amable conmigo y cuando aparecía a las cinco o seis de la mañana para buscar a Tony, perfectamente maquillada y preparada, siempre venia a saludarme... Por otra parte, procuraba no ir al plató cuando ella tenía que rodar, no me parecía bonito presentarme en mitad de su trabajo después de haber rechazado su papel.

Siempre he tenido una mente muy abierta y jamás he pensado que el sexo fuera algo malo, lo he visto siempre como una reacción natural que, si iba acompañado de amor, podía ser maravillosa, pero si no también. Me inicié en él muy pronto, era muy curiosa y he seguido siéndolo toda mi vida.

Soy mujer de un solo hombre mientras amo a ese hombre.

Cuando me dicen que soy la Brigitte Bardot española, la comparación me averguenza, nunca me he quitado la ropa para actuar.

Al sexo hay que echarle muchas veces un poco de teatro, de misterio...

En Rusia soy como Stalin en los primeros tiempos, se me adora.

Lola Flores era mucha Lola.

La más grande por supuesto. Era una mujer muy fuerte, muy entrañable. Era divina. Nadie ha cantado los fandangos de Huelva como los ha cantado Rocío Jurado.

Es absurdo que me llamen la Marilyn Monroe latina. Mi nombre es Sara Montiel la diferencia es que soy actriz.

Ninguna pregunta me molesta, lo que me reservo es contestar en broma o en serio.

Burt Lancaster, cuando hicimos "Veracruz" me dijo que mis orejas eran preciosas... Gary Cooper prefería mis pestañas... Pedro Infante, se pasaba el día cantándome eso de... qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas... yo estaba echo un lío.

Cuando enseño mi cuerpo nunca lo hago porque sí. Muestro belleza.

Yo tengo mi personalidad, como pueda tenerla Liz Taylor u otras, cada una a su estilo.

¡Soy una vedete! ¿Mis películas dan o no muchos millones de pesetas? Mis películas son las que más dinero dan... ¿Que dicen que soy la estrella de los líos? ¡Será porque soy Sara Montiel!... Soy con Liz Taylor, Sophia Loren y Marlon Brando la figura más cotizada del mundo.

En la URSS he conseguido otros seiscientos millones de espectadores. Allí soy más conocida que el Kremlin.

Me gustaría actuar con Ingrid Bergman, pero... ¡Es tan difícil!.

En lo que a mi físico se refiere, creo que mi figura solo vale de cintura para arriba. Vale la garganta, que me permite cantar y la cara.

Valoro más la cara que el cuerpo. Es mucho más importante.

Tuve que ser Sarita Montiel en Vera-Cruz porque opinaban que Sara era nombre de negra y no querían que se confundiese el origen del personaje.

Desde el estreno de "El Clavo", Amparo Rivelles se convirtió en mi modelo de actriz dentro del cine español, al igual que Ingrid Bergman lo era en el cine internacional.

Yo fui para León Felipe, su último tren como hombre, y al mismo tiempo como poeta, como político, como persona.

Tengo buena afinación por mi forma de cantar. No se pierde una frase en ninguna canción por nada del mundo. Fraseo y digo la canción maravillosamente bien.

Con Severo Ochoa tuve un amor que nació herido. El nuestro fue un amor imposible.

Cuando Severo Ochoa murió, parte de mí se murió con él.

No he sido como Ava Gardner, pero he sido bellísima.

Me marché a México despechada y desesperada.

Con Ava Gardner coincidí en varias ocasiones. Pepe Tous decía que era un animal muy bello, y ciertamente lo era.

El éxito mío fue tal que muchos matrimonios ponían el nombre de Sara por mí.

Nací pobre pero increiblemente bella.

A Juan Plaza, a León Felipe y a Miguel Mihura siempre les han encantado mis pies. Y a decir verdad los tengo muy bonitos.

Siempre he sido yo quien dice adios. Sentimentalmente siempre he sido fuerte y me he sentido capaz de dejar al hombre cuando lo he dejado de amar.

A mí nunca me molestó que los americanos pensaran que el mejor cine era el de ellos. Al fin y al cabo la actriz más taquillera del mundo entre 1958 y 1959 fui yo.

Cuando mi madre murió, al salir de la habitación intenté tirarme por el balcón.

Siempre le agradeceré a Maruja Díaz todo lo que hizo por mí tras la muerte de mi madre.

Me acosté con Hemingway y Joe Kanter, estando con Severo. Eso no quiere decir que le fuera infiel. Es mi sentido de libertad.

Definiría todas mis vistitas a Rusia con una sola frase. He triunfado en el mundo entero, pero sólo en Rusia me sentí una Diosa.